Fruta de la pasión, ¿placer o sufrimiento?

Rondaba por ahí una leyenda urbana según la cual si le das una fruta de la pasión a una chica|chico despertarías su deseo… la verdad, tiene mucho sentido… ¿por qué iba a llamarse si no, fruta de la pasión? Pues bien, si fuese así.. yo iría despertando pasiones a mi paso jajaja y os puedo asegurar que no es así.
Más tarde aprendí que la “pasión” en “fruta de la pasión” se refería a la “Pasión de Cristo” donde pasión, significa sufrimiento más que placer. La fruta de la pasión o maracuyá tiene su origen en América del Sur, y cuando los misioneros españoles la vieron por primera vez, pensaron que sus flores representaban la Pasión de Cristo en la Cruz, porque las flores tienen tres clavos, cinco heridas, una corona de espinas y los apóstoles. Unas flores realmente extraordinarias.
Yo, la verdad, saco mis propias conclusiones y se llama así por la pasión que despierta su sabor en tu boca jajaja.
Bueno os doy varios datos importantes que debéis saber acerca de este producto.
La maracuyá” es la planta y el fruto es “el maracuyá”, de ahí muchas veces la confusión al hablar de esta fruta. La flor es hermafrodita; tiene momentos en los que es hembra y otros en los que es macho. Pertenece al género , su fruto es comestible.
En la provincia de Granada, aunque os rompa los esquemas de fruta súper exótica, hay maracuyá de toda la vida, lo que ocurre es que siempre ha existido como planta ornamental, ya que es preciosa. Es una enredadera de flores muy llamativas.
Como producto, como fruto, nosotros hemos sido de los pioneros en su producción y llevamos sólo 4 años. Como para todo lo que producimos, las condiciones climatológicas de nuestra zona, de la Costa Tropical, favorecen el crecimiento de la maracuyá, que precisa de cierta humedad y de 320 días de sol al año y una temperatura media en torno a los 20º de la que también disfrutamos nosotros y todos sus habitantes y visitantes y como ya sabéis las montañas de Sierra Nevada protegen nuestros cultivos de los vientos fríos del norte en pleno invierno favoreciendo su crecimiento.
La fruta de esta planta es una baya oval o redonda, de entre 4 y 10 cm de diámetro, fibrosa y jugosa, recubierta de una cáscara gruesa de color púrpura y no comestible. La pulpa contiene numerosas semillas pequeñas. El color presenta grandes diferencias entre variedades; la más frecuente en los países de origen es amarilla o naranja. La nuestra es naranja y no es ácida, está muy dulce, en su punto de maduración óptimo, cuando la piel púrpura está muy arrugada, vamos… cuando piensas que está para tirar… es cuando está increíblemente buena para comer.
La planta puede durar unos 10 o 15 años y es a los 3 años cuando empieza a estar a pleno rendimiento, que es cuando está frondosa. Nosotros recogemos unos 1.500 kilos en cada floración y tienen 3 floraciones al año de una variedad híbrida y cuyo fruto suele pensar entre 80 y 120 gramos.
Para conservarlo en casa, muy importante, el maracuyá debe madurar a temperatura ambiente y refrigerar en una bolsa de plástico. También podemos congelarlo extrayendo toda la pulpa. E incluso podemos hacer granizado de maracuyá, en breve os subo la receta, muy muy fácil y sana para los más peques y los que no somos tan peques…
Qué contaros de sus propiedades nutricionales y medicinales que mejoran notablemente la salud. Cuenta con una alta concentración de minerales como hierro, magnesio, fósforo, potasio y cobre y también contiene importantes cantidades de vitaminas A, C B2, B3, B6 y ácido fólico.
Por aquí os dejo una lista de los beneficios que obtenemos consumiendo este fruto:
- Produce alivio en situaciones de asma
- Ayuda a bajar de peso
- Ayuda a combatir los radicales libres
- Mejora la digestión
- Ayuda a combatir el estreñimiento
- Algunos de sus compuestos tienen propiedades antibacterianas
- Ayuda a reducir el colesterol malo
- Ayuda a prevenir el cáncer
- Ayuda a mejorar la capacidad visual
- Ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares
- Favorece el sistema inmunitario
- Se recomienda para los diabéticos y para recuperar en los tratamientos de quimioterapia.
¡Qué más podemos pedir! Y encima está buenísimo.
Y por último, os cuento cómo podemos disfrutarlo… ya os adelanto, que de mil maneras:
Al natural como fruta fresca, obviamente, pero también en batidos, mezclada con yogurt o en repostería. Para hacer postres, hay infinidad de recetas a las que incorporar el maracuyá como ingrediente estrella. También se ha puesto de moda en la coctelería, todavía apetecen bien fresquitos. Realmente se puede utilizar prácticamente para todo, incluida la preparación de salsas, jaleas y jarabes.
Si queréis probar muchas de las formas de degustarlo, os recuerdo que podéis hacerlo aquí, en nuestra finca. Vente a vivir una experiencia con nosotros y elige como la prefieres, al natural, en elaboraciones, en cócteles… y ya sabéis que aparte de degustarlos te vas con la lección aprendida para que dejes con la boca abierta a tus invitados.
Os esperamos,
Eva Cantos
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